En esta nueva entrada he pensado hablaros de cómo me está afectando el cambio de hábitos en mi dieta a la hora de hacer deporte. Les recuerdo que llevo algo más de un mes comiendo productos bajos en histamina. Empecé esta dieta para ver si me funcionaba con ciertos síntomas que estaba experimentando, principalmente dolores de cabeza y musculares, aunque es cierto que en general estaba muy jodida desde que me levantaba hasta que me acostaba, casi sin excepciones.
Deporte antes de tratar la histaminosis
Pues básicamente, el deporte que yo hacía era salir a correr tres o cuatro veces en semana, siempre y cuando mi cuerpo me lo permitiese. Normalmente, la mayoría de las personas se calzan sus zapatillas y salen a correr. Bueno, se calzan sus zapatillas, publican dos o tres fotitos en instragram y luego ya si eso salen a correr. Bromas aparte, mi rutina para salir a correr era muy diferente: tenía que dejar pasar cuatro o cinco horas desde la última comida para no correr con náuseas. Llegaba a tener arcadas si no dejaba este espacio de tiempo. Tenía que darme un ‘chute’ con el ventolín para el asma, ya que si no me atacaba más pronto que tarde.
Tenía que ir corriendo mientras respiraba únicamente por la nariz. Tenía que ir super concentrada puesto que si no hacía esto, acababa con dolores en el costado que me impedían prácticamente respirar. Al principio, pensaba que era porque eran las primeras veces que corría pero, cuando una lleva ya seis meses corriendo tres o cuatro veces en semana y sigue con esos problemas, es que algo no cuadra. Me compré un pulsómetro para controlar las pulsaciones y, así ir controlando la respiración, tenía ya las herramientas para evitar el dolor en el costado. Con mucho esfuerzo, tras meses de paciencia y de ejercicio estricto, conseguí prepararme para correr 5 km sin parar. Respirando únicamente por la nariz, lo cual limita mucho el rendimiento. Pero bueno, lo conseguí. El siguiente objetivo era ya seguir haciendo esas distancias mejorando ya los tiempos de carrera, que hasta ese momento no era el objetivo.
Deporte durante el confinamiento
Llegados a este punto, saltó todo el tema de la pandemia y tuve que dejar de hacer ejercicio en la calle. Ahora ya no podía salir a correr. Antes he comentado que era capaz de correr los 5 km. Era capaz, pero todavía no lo había conseguido ningún día, puesto que el intento lo tenía planeado para el 15 de Marzo. Ese día, en España, estábamos todos confinados por el estado de alarma…
Pero bueno, eso es otro tema. Seguí haciendo ejercicio en casa. Soy de esas personas que no ha engordado durante el confinamiento, sino al contrario. He perdido un par de kilos. Metí mucha caña a los ejercicios con peso corporal, haciendo sobre todo las rutinas de Sergio Peinado, youtuber al que seguro que conoces.
Pero, de repente, tuve que parar. Tuve muchos síntomas de la histaminosis (que, por cierto, eran compatibles con la COVID-19) que hacían que apenas pudiese moverme de la cama. Las migrañas aumentaron, pero sobre todo me apareció una urticaria como nunca antes había visto, además de una contractura en la espalda, que era lo que me tenía inmóvil en la cama. Como llevo años apuntando las comidas en una aplicación, a posteriori he comprobado que comí aquellos días, y es cierto que me hice varios postres con chocolate, además de probar varias tabletas de chocolate nuevas de una cierta marca que llamaban mucho la atención. Para colmo, cuando no podía moverme, la comida que me preparaban llevaba mucho cariño, casi tanto o más que la cantidad de histamina que contenían dichos alimentos. Varios meses después, seguía sin recuperarme y los síntomas de la histaminosis seguían presentes y yo, sin saber de qué se trataba. Hasta que casualmente oí hablar de la histamina.
Deporte tras comenzar la dieta baja en histamina: primer día corriendo
Y deporte tras el confinamiento. Ahora ya estoy hablando de finales de agosto, principios de septiembre, que es cuando empecé la dieta baja en histamina. Por primera vez en mi vida soy capaz de hacer ejercicios de alta intensidad sin sufrir ataques de asma. Acabo con dolor en todo el cuerpo y todavía no tengo un gran rendimiento precisamente, pero soy capaz de esforzarme al 100%. Pero lo que yo quería comprobar es como se comportaba mi cuerpo saliendo a trotar un poco. Esto, la primera vez lo volví a hacer a principios de octubre. Entre la última vez que fui y esta, pasaron 7 meses. Es cierto que en aquel momento estaba preparada para correr 5 km sin parar, pero de eso hacía muchos días. Como calentamiento, fui capaz de hacer unos 600 metros sin parar de correr, lo cual para nada me esperaba. Tras ello, paré a descansar unos minutos y comencé a correr de nuevo. Fui capaz de hacer 2 km sin parar. No es que sea una maratón precisamente, pero creo que tiene mucho mérito, teniendo en cuenta que las veces que salía a correr por primera vez en mucho tiempo, apenas era capaz de correr 300 ó 400 metros sin parar en los primeros días. Pero lo mejor no era ni la distancia ni el tiempo, fui capaz de hacerlo sin tener ataques de asma y sin tener dolores en el costado, como me pasaba siempre. Y lo hice justo después de cenar, cosa antes impensable en mí, que como ya dije necesitaba dejar varias horas desde la última comida antes de salir a correr. Después de este primer día, he ido varias veces más. Una de ellas salí a correr con mucho viento y otro día con más de 30 grados de temperatura, situaciones en las que anteriormente necesitaba mucho esfuerzo. En esta ocasión, aunque el esfuerzo haya sido grande igualmente, no he tenido ningún dolor ni problemas con el asma, y eso que hice algunos cambios de ritmo. Sinceramente, el cambio en mi vida ha sido radical y, en cuanto a mi capacidad para hacer deporte, también.
Próximos objetivos
Pues de momento voy a salir a correr sin muchos objetivos, pero cuando pasen algunas semanas retomaré el reto de los 5 km que tenía pendiente e iré contando mis sensaciones. Si te encuentras en una situación parecida a la mía, te animo a seguir adelante.
Un saludo y ánimo.
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