Hace varios años que se puede decir que soy - o era – un tanto adicta al café. Me tomaba unas tres o cuatro tazas al día. Es cierto que me ayudaba muchísimo para empezar el día y evitar la morriña de las tres de la tarde, pero por culpa de la histaminosis, el café era el primer elemento con el que me boicoteaba a mi misma el resto del día sin saberlo. Todos los días empezaba con mi café y, acto seguido, mis dolores de barriga aparecían. Es cierto que si tomaba un té me pasaba igual, y daba igual casi lo que me tomase, por lo que no asociaba que el café me estuviese sentando mal. No digo que el café sea malo, digo que si tienes histaminosis como yo, en ese caso, si que deberíamos plantearnos dejar esta bebida.
Sin café desde septiembre
Yo llevo, llevaba, desde principios de septiembre sin tomar ni un solo café. La primera semana tuve ciertos momentos en los que parecía una zombi debido probablemente a los síntomas de dejar el café, pero enseguida me acostumbré. El caso es que hace una semana aproximadamente, el 28 de noviembre, volví a tomar un café. En este caso, un café con leche de avena. Quería probar cómo me sentaba y, sobre todo, quería llegar despierta a las 6 de la mañana que era la hora a la que empezaba la pelea de exhibición entre Mike Tyson contra Roy Jones Jr. Lo dicho, me iba a tomar mi primer café después de más de dos meses. Tenía la sensación de estar haciendo algo malo, no lo podía evitar.
Café después de dos meses
Pues sobre las 10 de la noche, me tomé mi cafelito para comenzar una noche muy larga detrás de la pantalla. Adelanté el trabajo del blog, dejando preparadas varias recetas a falta de retocar los últimos detalles. Vaya viciada al Fortnite, por cierto. Normalmente, si juego tarde a algún videojuego me quedo frita y tengo que dejarlo, pero ese día estaba preparada para correr una maratón. Es cierto que tuve algunas pequeñas molestias en la barriga, pero nada comparable con lo que he sufrido a diario durante los últimos años. De momento no seguiré tomando café, lo dejaré para ocasiones especiales, como sin duda alguna fue el volver a ver a Tyson subir a un ring. El mejor momento, para mí, la presentación de Mike Tyson por parte de Michael Buffer.
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