Hoy os voy a hablar de otro de los síntomas que he tenido prácticamente desde que tengo uso de razón: el dolor de espalda. Desde que era una niña pequeña he tenido dolores de espalda. ¿A qué le hemos echado siempre la culpa? A ir a clase con la mochila a cuestas cargada de libros y cuadernos.
Dolor de espalda en el colegio
Siempre recuerdo tener dolores de espalda desde pequeña. Como os he dicho, el ir cargada de libros no ayudaba. La solución es muy fácil, comprarse un carrito para no tener que llevar la mochila en la espalda. Pero no sé si a vosotros os pasaba lo que a mí. En mi colegio, el nivel de inteligencia era tal, que si ibas con un carrito a clase, todos los compañeros se reían de ti. Es muy fácil eso de decir que no nos importa lo que piensen de nosotros y que no es asunto nuestro pero, sobre todo en edades infantiles, las personas podemos llegar a ser crueles. Siempre nos preocupamos de que a nuestros hijos no les pase nada, de que no les peguen y de que no les hagan bullying. Quizá, sería más fácil si nos preocupásemos de que nuestros hijos no le hiciesen la vida imposible a ningún otro. Si todos los padres educasen a sus hijos para que no le peguen ni insulten a los demás, sería todo más fácil. Pero ese es otro tema. Si, al final no tuve más remedio que ir con carrito a clase. Ya pueden deducir más o menos lo que me pasó. “Cosas de niños”. Cosas de niños siempre que no le pase al tuyo, claro.
Pasan los años y siguen los dolores de espalda
Curiosamente, cuando pasan los años y una se desarrolla físicamente, pueden cambiar las cosas. Dejé de llevar carrito a clase, pero el dolor de espalda ahora venía por tener que llevar “más peso” encima. Ese peso extra que se nos da a las niñas cuando dejamos de serlo, ya me entendéis. Ese peso extra que hace que los niños dejen de hacerte bullying de repente. Hasta que les rechazas claro. En fin, me enrollo más que una persiana. El dolor de espalda siguió ahí, primero las culpas para una mochila, y luego las culpas son de “que la niña tiene mucho pecho”. Esas eran mis consultas médicas, siempre tirando de tópicos. La verdad es que no he tenido mucha suerte con los diagnósticos médicos, lo cual no quiere decir que sean ni mejores ni peores, quizás diagnosticar histaminosis no es algo sencillo debido a que sus síntomas son muy generales y hay muchas cosas que lo provocan.
Dolores insoportables
En los últimos años, empecé a hacer ejercicios de fuerza corporal para ver si eso rebajaba mis dolores de espalda. Mis sensaciones eran contradictorias porque aunque me encontraba mejor, tenía los músculos de la espalda como agarrotados. El caso es que para conseguir aguantar el día a día necesitaba pequeños masajes a diario. No iba al fisio, por lo que esos masajes llevaban muy buena intención pero evidentemente eran mejorables. Estos dolores pensaba que eran insoportables hasta que, como suele pasar, se volvieron mucho peores. Ya os conté en una entrada hace algunas semanas lo mal que lo pasé en Mayo, cuando
pensé que tuve coronavirus. Ahora, sinceramente, estoy casi segura que no fue así. Un día que me harté de chocolate para celebrar el aprobado de una asignatura provocó una reacción que no supe entender. El resto ya se lo he contado, tres semanas sin poder moverme con dolores insoportables de espalda, y después de eso, tras mucha medicación y muchas horas de fisioterapeuta, aunque los dolores ya no eran insoportables, seguían limitándome muchísimo. Entonces, oí hablar de la histamina, comencé la
dieta….y aquí estoy, hecha un toro… más fuerte que un roble.
Por lo visto, los síntomas más frecuentes que se tienen si padecemos histaminosis son los dolores musculares y las
migrañas. Cuando tu cuerpo no metaboliza toda la histamina que ingerimos con los alimentos, pasa a la sangre depositándose en nuestros tejidos y esto es lo que crea las inflamaciones y los dolores por todo el cuerpo. Así que lo que toca es llevar una
dieta baja en histamina. Pensar en que antes me dolía todo el cuerpo que hasta había días que no quería ni levantarme de la cama porque lo pasaba realmente mal, y ahora no siento nada de nada, ningún dolor ni al moverme ni al comer ni nada. Como he dicho en varias ocaciones, parece un milagro cuando te lo cuentan así, pero es la pura verdad. Espero que a ustedes os vaya igual de bien esta dieta y si tienes dudas si podrías tener hisaminosis consulta a tu médico, él te dirá que hacer. Un saludo y
¡felices fiestas a todos!
Comentarios
Publicar un comentario