Estoy un poco harta de que tener una reunión familiar implique tener que comer como obsesos. Tener que comer porquerías hasta reventar prácticamente. Es cierto que me gusta mucho la navidad. Me gustan los dulces típicos de estas fechas, pero no me gusta ver en lo que esto se ha convertido: tiendas repletas de turrones y polvorones desde el mes de octubre prácticamente. Este año ha sido uno de los más surrealistas de nuestras vidas, probablemente. Pero el que viene va a ser igual hasta verano como mínimo. Parece que ya se nos ha olvidado la gran cantidad de víctimas que hubo sobre todo a finales de marzo, y que sigue habiendo a día de hoy. El problema es que ya no vemos las noticias porque estamos hartos de ver que todo sigue igual. En fin, que ahora que se empieza a vislumbrar la luz al final del túnel es cuando más fuertes tenemos que estar.
Confinada y sin turrones.
Llevo confinada prácticamente tres semanas para poder hacer un par de visitas navideñas, minimizando al máximo posible los riesgos. No se trata de ser más listo que nadie, ni de saltarse normas ni de cumplir a rajatabla como borregos. Se trata de que, qué queréis que os diga, si tengo que elegir entre estar tres semanas sin salir de mi casa para rebajar las opciones de contagiar a mis seres queridos, o bien hacer vida normal y aumentar esas probabilidades, pues no tengo dudas de cuál es mi elección. Lo dicho, tres semanas metida aquí, sin haber comprado ni un turrón pero habiendo hecho mi propio
turrón, mis
bolitas de coco y demás cositas sin histamina. Es curioso porque este año tan horrible para muchos, para mí personalmente ha supuesto el fin a mis dolores de cabeza, de estómago, musculares… a los
síntomas de la histaminosis, vaya. Por primera vez en muchos años me siento yo misma. Quizás por eso soy más optimista en general con todo, no lo sé.
Balance de los tres primeros meses del blog
Pues llevo ya tres meses con el blog y las redes sociales y, si bien es cierto que no soy ni una influencer ni nada por el estilo, me ha sorprendido ver que el blog tiene ya más de 1000 visitas (casi 500 en el último mes) y que en
Instagram se han superado los 150 seguidores. No estoy haciendo nada por comprar tráfico ni seguidores ni nada de eso, son visitas que provienen de las redes sociales. De hecho, hay visitas de redes sociales en las que yo no estoy, como
Telegram. Me alegra ver que todo lo que he pasado durante la mayoría de mi vida, al menos, está sirviendo para que algunos de vosotros estéis encontrando un sitio de
recetas.
Nochebuena sin histamina
Pues mi nochebuena sin histamina fue un atracón como hacía años que no me daba sin tener al día siguiente síntomas. Me harté de
turrón (hecho por mi jeje), de
bolitas de coco y hasta me zampé medio
bizcocho de chocolate. Vaya postrecitos que me metí
‘pa dentro’. Antes de los postres, pues una
pizza de coliflor de las mías. Si, pizza en nochebuena. Y muy bien que me sentó. Además de patatas fritas hechas en mi freidora de aire. Y las bajé con un litrazo de
zumo de melocotón de los que os he puesto por el blog en otras ocasiones. A mí también me gustan los atracones de vez en cuando. Pero me organizo y los hago porque me apetecen, y organizo mi semana de comidas y ejercicio físico en torno a esa comida. No los improviso porque sea una reunión familiar. Un saludo a todos y
¡felices fiestas!.
PD: ¿Me contáis cómo han sido vuestras cenas? ¿Ha habido mucha histamina?
Comentarios
Publicar un comentario